¿Es malo tener un hijo favorito?

¿Los padres sienten alguna predilección por uno de sus hijos? ¿Existe un hijo favorito? Sí, y pareciera que es más común de lo que podemos imaginar, sin embargo, los padres suelen negarlo, argumentando que quieren a sus hijos por igual. Esto se debe a que confunden favoritismo con amor.

El caso es que, aunque se nieguen a aceptarlo, los progenitores tienen y demuestran preferencias en el trato con sus hijos y ellos se dan cuenta ¿Cómo manejar esta situación? La socióloga Katherine Conger, catedrática en la Universidad de California – EEUU, llevó a cabo un estudio durante tres años, para evaluar las interacciones familiares según  la frecuencia, calidad, demostración de apoyo y afecto de los padres a sus hijos.

Se investigaron casi cuatrocientas parejas con al menos dos hijos y se encontró que un alto porcentaje de los padres admitieron que sí tenían un hijo favorito. En la mayoría de los casos era el primogénito.

¿Por qué se tiene un hijo favorito?

Refieren los expertos en psicología familiar, que al igual que en todas las relaciones humanas, es natural que los padres se sientan más identificados con un hijo en particular. Lo poco usual es que admitan abiertamente su preferencia, pues suelen negarla en nombre de un amor equitativo para con sus hijos. Esta equidad no se corresponde con sus comportamientos, probablemente inconscientes, que demuestran más atenciones hacia el hijo favorito.

¡No hay predilección solo mayor atención al hijo que lo necesita!

La explicación expresada con mayor frecuencia por los padres, usualmente evasivos en el tema, se refiere a que este eventual favoritismo se basa en las circunstancias del hijo que en determinado momento necesita más de su atención. De acuerdo con esta versión, el favoritismo rota según cada hijo necesite de sus padres. Aunque sabemos que esto no siempre es así, esta explicación viene a minimizar la culpa que pueden sentir los progenitores por admitirlo.

En realidad, el estudio de la profesora Conger encontró que los padres se sienten más identificados y muestran claras preferencias por el hijo mayor, sea varón o hembra ¿La razón? Suele ser el hijo más deseado, al que dedican más energía y tiempo, es la perpetuación de la especie y también el que les genera más expectativas.

De esta manera parecieran existir razones biológicas y psicológicas que sustentan la inevitable y hasta natural predilección de los padres por alguno de sus hijos, usualmente el primogénito.

¿Cómo manejar el tener un hijo favorito?

Refieren los psicólogos consultados que resulta sano para las relaciones que los padres reflexionen en torno al tema, por aquello de hacer consciente lo inconsciente.

Aceptar para poder manejar la situación, les ayudará a superar la culpa. Tener un favorito no significa quererlo más. Es normal sentirnos más identificados con un hijo, por las causas que sean, por más dócil o más rebelde, el más bello, el más sano, el que más se nos parece, etc.

Si sus hijos les hacen o han hecho reclamos, admitan que han tenido algún trato deferente con alguno de ellos y pidan disculpas. Hablar del amor a cada uno, por ser único y diferente, ayudará.

Es un error decir que los quieren por igual, los quieren distinto, porque son distintos, cada uno tiene una personalidad y fortalezas que los distinguen.

Es recomendable que…

Al concientizar el trato preferencial, propongan cambios. Dispensar a cada hijo afecto, darles su momento de atención de calidad, de esta manera se evitan rivalidades y cada hijo se sentirá apreciado y aceptado, sin necesidad de competir y de forzarse a cumplir expectativas de sus padres.

Fuente: Agencia Sapiens